domingo, 8 de julio de 2018



Parecía que los veranos eran gramos y gramos de mí.
Y que eso era lo único que te hacía sentir a salvo.
Parecía que yo era el domingo en el que te veías para siempre.
Ojalá vuelvas, algún día, con el te quiero en los labios,
la herida cerrada, y un "no te vuelvas a ir"

viernes, 16 de marzo de 2018

Carta para nadie.



Su voz.
Su voz con la mía.
En la tripa, gaviotas de alta mar.
Vuelo directo a mis canciones.
Mis canciones, con vuelo directo a su piel.
El insomnio compartido.
Las miradas salvadas,
la sonrisa permanente,
de frente,
para siempre
contigo
las rutinas.








domingo, 14 de agosto de 2016















Necesito saber qué somos y qué sientes 
(por mi). 
Antes de que esta niebla lo disuelva
(todo).



.

martes, 22 de marzo de 2016

Pd:






 "Parecemos dos ahogados en un vaso de agua salada, 
     cuando no damos la espalda y nos evitamos de corazón para dentro"








                                                                               M.

lunes, 20 de abril de 2015

Días raros.




"Por qué has vuelto, removiendo el viento norte,
si no querías quedarte a ver la tarde".

                                                               
                                                                                                               M.


         Pd: En breves.







jueves, 19 de marzo de 2015

Cruzarte a nado, y nada.




Cruzarte a nado, y nada.

Nada de verdades y nada de mentiras.
Nada de tempestades.
Nada de lunas, ni de lunares.
Nada de salvarnos la historia. Ni el baile. Ni la vida.

Nada de inolvidables. Nada de estrellas.
Nada de fugaces. Nada de besos
ni de mirarse de lejos.
Ni de cerca. Ni a escondidas.

Nada de respuestas. Nada de reproches.
Nada de culpas ni culpables.
Nada de tiovivos nocturnos.
Nada de cielos nublados dando vueltas.

Nada de maletas desechas.
Nada de restarse.
Nada de ventanas ni ventanales,
ni aviones ni avionetas.

Nada de contraluces. Nada de viento.
Nada de devolvernos cartas ni sonrisas.
Nada de escribirnos mares. Nada de llorarnos
brisas.

Nada de soldarnos con parches. Ni con tiritas.
Nada de respirar al borde de la tarde.
Nada de domingos. Nada de despertares.
Nada de canciones, ni de conciertos, ni de poetas.

Nada de quedarse quietos a encontrarnos.
Nada de trenes. Nada de andenes.
Nada de creernos indispensables.

Nada de normas ni de promesas.


pd: M. de mares y mareas.