lunes, 7 de noviembre de 2011

Escaleras.




Desconcentrada. Siguiendo sonidos dispersos al ritmo del tic tac de una campana. Hoy otra vez la lluvia se desorienta y el sol aprovecha para hacerse hueco. Necesito lana para tejer una bufanda interminable. Con aspecto inocente. Con cara de no haberse hecho nunca un lío. Caótica y discreta, como noviembre. Diferente a su manera. Que aleje el frío de mi garganta y que esconda disimuladamente las mentiras de mi boca. Que descongele mis labios a base de sonrisas. Que versione mi tos y la vuelva del tono que tienen las palabras.

No me gusta subir escaleras cuando estoy acatarrada.