jueves, 25 de octubre de 2012



           Dejé de cantarte al oído en sueños
        Consciente de que no me imaginabas adornando tus noches
        Dejé de escribirte cada día
        Pues me di cuenta a tiempo de que no me intuías en tus tardes domingo
        Probar tu voz se me hizo montaña helada, inalcanzable
        Nudo marinero entre garganta y corazón
        Y del calor de tus caricias
        No me queda ya ni un granito de sal
        

jueves, 11 de octubre de 2012





















Apostaré todo al número perdedor (sí)
tengo la certeza de que en el rojo impar se esconden
tus labios y la recompensa que compensa cada batalla perdida
es equivalente a las palabras que te diría si despertaras abriendo los ojos conmigo