miércoles, 20 de marzo de 2013

Sin aliento.



Y al final me cortaste las alas
Y a mi quien me salva de esta rebeldía
Apresuré demasiado los días
De lluvia en las botas
De andar kilómetros sin ti
Que pesan en mis ojos como
Un abril entero sin dormir
Entre olas de diez mil pasos
Mientras ocasos encendidos
Con la risa de otra gente
Se acumulan en mi cabeza como
Recuerdos no vividos
Porque no estaban tus latidos
Pegados a los míos sin dormir.
Y no respiro tu aire
Porque no estaba en tus manías
Decirme buenos días princesa
Que sin serlo lo soñé de niña
Y lo guardo como cierto
Otra vez en mi cabeza
Y es recuerdo que no acierto
Sin llegar a ser mentira
Que me creí tuya
Algún día de lluvia
En un vuelo de esos que por perdernos

Me perdí.

martes, 12 de marzo de 2013




 La última carta para ti. Aunque tú no lo sepas. (XXIII)


Acaba de llegar el momento de la última carta. Sabía que llegaría. Es como cuando un mechero se queda sin gas, justo antes de la canción lenta en un concierto. Voy a echar de menos escribirte.
Al final no bailamos lento, ni me abrazaste la vida. No volamos. Ni lejos ni cerca.
Desconozco aun hoy tus cereales favoritos. Solo se que no soy lo que buscabas.
Hay cartas que duelen más cuando no están escritas. Y por eso surgieron de mi cabeza. Pero ya duelen también en el papel. Y se me hace demasiado la mezcla de duda y miedo. Sigues sin saber. Y yo sigo sin decir. Ahora ya te toca a ti decidir si deben seguir nuestros caminos la misma ruta de estrellas. O si el viento los divide por colores y no combinan bien tu azul cielo y mi gris nublado.
Te confieso que hubo momentos que sentí que si. Fueron tal vez demasiado puntuales, y por eso llega esta carta ahora y no hace un mes. Por eso seguramente me resistía a dejar el bolígrafo a un lado.
No quiero decir con esto que  te olvide. Porque no podría. No es una carta de despedida. Pero tampoco es mi intención que suene a un hasta luego.
Sigo sin saber si también escribes cartas a alguien. Pero si es así, te doy un consejo. Se valiente. Antes de que suba la marea y tengas que escribir una última carta.



Pd: M. de Galicia.

miércoles, 6 de marzo de 2013






Carta para ti. Aunque tú no lo sepas. (XXII) EME-RGENCIAS.


Ven. Acércate. Asómate conmigo a la ventana del tren de los días de semana. Si te pegas mucho y cierras los ojos, puedes escuchar el viento moverse rápido. Como si la existencia del cristal fuese sólo imaginación de tus pulmones ¿Sientes ahora cómo respira la lluvia de despacito? Es como si te pidiese parar el tiempo y acelerarlo a la vez.
A veces cuando voy en el vagón es como si alguien me abrazara las manos, y aunque me arriesgo a padecer de locura al confesarlo, me pregunto si serás tú, que te diste la vuelta en alguna calle porque el sonido del tren al pasar por las vías delató mi presencia.


PD: Ya ves que abandoné los altos vuelos, por si te es más fácil llegar(me).