lunes, 20 de abril de 2015

Días raros.




"Por qué has vuelto, removiendo el viento norte,
si no querías quedarte a ver la tarde".

                                                               
                                                                                                               M.


         Pd: En breves.







jueves, 19 de marzo de 2015

Cruzarte a nado, y nada.




Cruzarte a nado, y nada.

Nada de verdades y nada de mentiras.
Nada de tempestades.
Nada de lunas, ni de lunares.
Nada de salvarnos la historia. Ni el baile. Ni la vida.

Nada de inolvidables. Nada de estrellas.
Nada de fugaces. Nada de besos
ni de mirarse de lejos.
Ni de cerca. Ni a escondidas.

Nada de respuestas. Nada de reproches.
Nada de culpas ni culpables.
Nada de tiovivos nocturnos.
Nada de cielos nublados dando vueltas.

Nada de maletas desechas.
Nada de restarse.
Nada de ventanas ni ventanales,
ni aviones ni avionetas.

Nada de contraluces. Nada de viento.
Nada de devolvernos cartas ni sonrisas.
Nada de escribirnos mares. Nada de llorarnos
brisas.

Nada de soldarnos con parches. Ni con tiritas.
Nada de respirar al borde de la tarde.
Nada de domingos. Nada de despertares.
Nada de canciones, ni de conciertos, ni de poetas.

Nada de quedarse quietos a encontrarnos.
Nada de trenes. Nada de andenes.
Nada de creernos indispensables.

Nada de normas ni de promesas.


pd: M. de mares y mareas.


jueves, 1 de enero de 2015

Otra carta para ti.







Se que no quieres que vuelva. Pero es que nunca me he ido. Solo me queda decirte que fue verdad. Que quise guardarte la luna en la despensa como en la canción. Que me encantaba conocerte cada día. Si pudiera borrar el momento que te empujó a olvidarme no me hubiera acercado al buzón. 
Echo de menos tus posdatas y tu forma de llamarme. Entiendo que nunca fui lo que querías. Me quedarán las dudas y los por qué de un destino que nos hizo conocernos y a la vez vivir tan separados.

pd: siempre serán tuyas mis posdatas.