Tengo
la manía de pensar, que en todos los aviones que me encuentro cuando miro al
cielo, estás tú. Volviendo a casa y mirando por la ventana como un niño pequeño
¿Vaya tontería no? Porque se perfectamente, que las estelas blancas que van
dejando, al pasearse sigilosos por la alturas, son paralelas a mis pasos. Ya
sabes, nunca llegaremos a encontrarnos. Así, que aun considerando cercana la
remota posibilidad de que viajes en alguno de ellos, no estarán nuestros
cuerpos todo lo cerca que deberían. Y a pesar de que estás a punto de aterrizar,
para mi sigues respirando tan lejos como el día que no nos conocimos. Y le
pido, y le insisto a los aviones que te dejen erróneamente en el portal de mi
casa. Pero no me escuchan, porque vuelan demasiado alto. Igual que tú.
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