martes, 12 de marzo de 2013




 La última carta para ti. Aunque tú no lo sepas. (XXIII)


Acaba de llegar el momento de la última carta. Sabía que llegaría. Es como cuando un mechero se queda sin gas, justo antes de la canción lenta en un concierto. Voy a echar de menos escribirte.
Al final no bailamos lento, ni me abrazaste la vida. No volamos. Ni lejos ni cerca.
Desconozco aun hoy tus cereales favoritos. Solo se que no soy lo que buscabas.
Hay cartas que duelen más cuando no están escritas. Y por eso surgieron de mi cabeza. Pero ya duelen también en el papel. Y se me hace demasiado la mezcla de duda y miedo. Sigues sin saber. Y yo sigo sin decir. Ahora ya te toca a ti decidir si deben seguir nuestros caminos la misma ruta de estrellas. O si el viento los divide por colores y no combinan bien tu azul cielo y mi gris nublado.
Te confieso que hubo momentos que sentí que si. Fueron tal vez demasiado puntuales, y por eso llega esta carta ahora y no hace un mes. Por eso seguramente me resistía a dejar el bolígrafo a un lado.
No quiero decir con esto que  te olvide. Porque no podría. No es una carta de despedida. Pero tampoco es mi intención que suene a un hasta luego.
Sigo sin saber si también escribes cartas a alguien. Pero si es así, te doy un consejo. Se valiente. Antes de que suba la marea y tengas que escribir una última carta.



Pd: M. de Galicia.

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